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PRIMOGÉNITO
PRIMOGÉNITO
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Ese día, yo -mujer- estaba
muy confundida,
como la flor de cactus
que calmó su sed
de la brisa inclemente
y tejió si vestido
con hilachas de sol
Entre la sinestesia
de imagen y amor,
el misterio del desierto
sublimó su culpa
ante la evidencia:
El fruto de mis entrañas,
que nació
con sus ojos muy abiertos
como mostrando asombro
ante la luz,
hacía palpitar fuertemente
mi corazón de madre
que aún no estaba preparada,
pero que debería alistarse
con urgencia:
Yo tenía
la gran responsabilidad
de cuidar,
proteger
y educar a este hombre
para entonces
de cuerpo diminuto
y gritos largos.
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©SorGalim
Milagros Hernández Chiliberti
Ingeniera de Sueños
RETOÑOS
Milagros e hijos (Daniel y Javier)
hoy, cuando, por sus propios méritos demostraron sus capacidades,
venciendo la difícil barrera del sistema educativo venezolano y ya son
universitarios.
RETOÑOS
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Me trae a reflexión recordar mi camino
transitado, al galope de un corcel en el tiempo,
saboreo los honores de academia en silencio
y la humildad de ahora, al decir que he vivido
cada justo segundo en trecho recorrido,
ofreciéndole al mundo, la luz de mis talentos.
Satisfacción de amor, ahora es lo que siento,
sabiendo que en mis sueños que ahora se han logrado
no son los diplomados los más acreditados,
sí mis brotes, retoños que ya están floreciendo.
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Gracias, hijos, que fueron saludables embriones
sorbiendo de mi sangre creciendo en mis entrañas
gracias, hijos, porque hoy son saludables varones
que nunca han conocido querellas ni rencores,
adultos cultivados, conscientes y sin mañas,
miel dulce de mis genes, poema, luz en mi alma.
Ayer, eran chorritos de amor en mi regazo
luego eran sensaciones en sus primeros pasos;
hoy, me he visto triunfante al verlos caminar
en vuestro propio triunfo por la universidad.
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©SorGalim
Milagros Hernández Chiliberti
Ingeniera de Sueños
Ingeniera de Sueños 